lunes, 18 de octubre de 2010

Capitulo 21



A Álex le duele saber que Mariano lo pasa mal. Jose le pide que se olvide de él porque imagina que le importa Mariano y no la hermana.
--¿y es que no piensas hacer nada?¿es que no te duele? Es el hermano de tu hermana, tiene una hija que es la sobrina de tu hermana...
--A mi hermana las cosas no le van bien como para que ahora se descubra que tiene un hermano puto...
--No hables así de él... yo quiero sacarlo de la prostitución...
--¿y cómo le vas a hacer?
--No es justo que el hermano de la Condesa de Armania viva en la miseria...
--¡¡no me hagas esto... no se lo digas...¡¡ --Jose preocupado.
--Lo siento... no se lo puedo ocultar¡¡
--¡¡es que mi hermana no me lo va a perdonar... va a sentar fatal en la casa Condal de Armania y Halbusjerke. Todo el mundo va a pensar que lo hice yo para fastidiar a Sara, ya ves que todo el mundo está esperando que me vengue porque no me invitaron a la boda...¡¡
--No me puedes pedir que deje a Mariano siendo chapero... Si no le digo la verdad no vendrá conmigo... Sería más fácil si tú me apoyas, con tu dinero a él y a su hija no le faltaría nada... si no quieres que la traiga aquí puedo llevarlo a cualquiera de las otras fincas... hablar con él para que se mantenga en secreto...
Aunque no le hace mucha gracia, Jose dice:
--¿eres consciente que me puedes crear un problema con mi hermana?
--lo siento...
--Me la voy a jugar por ti y espero que comprendas lo que eso implica para mí, pero lo haré por ti...
Álex lo abraza. Siente su amor, le duele haber utilizado ese sentimiento para hacerle hacer algo que no quería.
--siento como son las cosas... pero es lo justo, espero que algún día me entiendas y me veas como a un hermano...
Con amargura, Jose le dice:
--mi hermano me odia, si ahora me odia mi hermana no viene de aquí
--lo siento mucho, te juro que haré lo que pueda por ayudarte...
--No te preocupes... si tu eres feliz yo soy feliz... Vete a buscar a tu Mariano y sácalo de la calle...
Álex le sonríe, por verlo tan contento ya merece la pena cualquier sacrificio. Incluso que su hermana no le perdona:
--con lo poco que me habla tan poco lo notaré... --dice triste-- lo importante es demostrarle a Álex que es mi vida, que nadie me importa más que él...


Álex llega a Barcelona de noche, tiene la dirección de la casa y también la calle en la que trabaja. Le da mucho dolor pensar que se vende a hombres.
--¿y si se equivocaron?
Aunque le dolería mucho verlo en la calle decide ir a buscarlo. No quiere esperar a la mañana siguiente y además en el fondo tiene la esperanza de no encontrarlo. Llega hasta la calle que le dijeron. Hay muchas chicos y algunos muy jovencitos que le ofrecen su servicio, el corazón del guapo torero palpita con fuerza.
--¡¡no puede estar aquí¡¡ ¡no quiero¡¡
De repente se derrumba porque lo ve ir hacia un coche, queda junto frente a él. Verlo en su trabajo, como se le vende a ese hombre que pasa de los 70 le da mucho asco y mucho dolor. Sale del auto.
--¡¡yo te ofrezco el doble que ese viejo¡¡
Mariano mira a Álex fijamente, se queda pálido.
--¡ven conmigo¡¡ --dice Álex.
Mariano lo mira con rabia.
--¡¡no, yo siempre cobro lo mismo y nunca le digo no a un cliente¡¡
Mariano se va a montar en el auto, Álex le agarra de la mano:
--¡¡no te vayas¡¡ --le suplica.
Mariano lo tumba de una patada en los genitales. Se monta en el auto, mira atrás y lo ve retorcerse del dolor.
--¿¿quien era ese tipo? --le pregunta el viejo.
Con una gran amargura, Mariano dice:
--nadie...
Lo besa en el cuello, seguro que Álex lo va a ver. Éste llora por dentro al ver en que se convirtió ese muchacho que lo amó tanto. Está horrorizado.
--Es mi culpa... es mi culpa... --llora.

Mariano regresa a su calle pasada la hora. No le sorprende ver a Álex apoyado en su auto. Muy ansioso, no permite que otro se le acerca. Sonríe al verlo, sonríe con tristeza. Siente que su corazón va a mil. Álex suspira al verlo. Su manera de caminar, exceso de maquillaje, ropa que poco deja a la imaginación. Su aspecto agresivo se aleja al de ese adolescente que lo amó, lo excita pero le duele verlo así. Álex se acerca, Mariano oculta que le emociona verlo, se acerca a él como si fuera un cliente más lo que le duele mucho a Álex.
--¿tu aqui aún?
--Me recuerdas verdad...? --ansioso.
--te vi antes claro que me acuerdo... supongo que tú no habrás olvidado el golpe que te di.. --dice tocándole sus genitales con la mano excitándole pero haciendo que le duela su comportamiento-- no creo que esta noche me sirvas para nada... yo estoy acostumbrado a hombre muy hombres...
--¿como ese viejo? --molesto.
--después del golpe que te di no sirves para mucho más...
A Álex le duele mucho oírlao hablar así:
--he venido para buscarte a ti...
--¿me has esperado todo este rato? --burlón.
Él hace que sí con la cabeza.
--¿ninguno te gustó y te urge sexo?
Mariano le coquetea, le acaricia el pecho. Ambos se desean.
--¡¡por 200 euros te hago lo que quieras¡¡ ¡la pasarás a lo grande, hago de todo¡
Álex se aparta dolido. No soporta que lo trata como a cualquiera. No es ya ese chico que lo amó, le duele ver el cambió.
--¿me olvidaste, Mariano...? --le pregunta dolido.
Álex está dolido porque parece que Mariano olvidó a ese hombre que le hizo debutar, le duele que le coquetee, que lo trate como a un cliente más. Por su lado la mirada dolorida, la dulce voz de Álex, desarma a Mariano pero se muestra en su papel de prostituto que sólo quiere buscar clientes.
--¿¿de qué hablas... ?
Álex lo mira triste:
--no puedo creer que me olvidaras...
--Ya te dije que me acuerdo... Nos vimos hace una hora...
Álex se lleva las manos a la cabeza:
--¡¡no estoy hablando de ahora... hablo de hace años¡¡
--perdón querido, pero es que cada noche por más floja que sea tengo unos 10 clientes así que imagina en años como para acordarme de ti...
Álex lo zarandea:
--¡¡yo no soy un cliente... ya deja de portarte como un...¡
Álex se calla, le ofende decirlo:
--¡¡sí soy un profesional del sexo y tú me has venido a buscar como los otros¡¡ ¡Soy el mejor en mi trabajo¡
Álex está desesperado:
--¡¡eso no es cierto¡
Compañeros suyos se acercan a Mariano para asegurarse que todo está bien, Mariano les dice que puede con "ese tipo". El desprecio con el que habla de él lastima a Álex, no soporta ver a ese adolescente que tanto lo amó convertido en hombre y en ese ambiente. Le habla con dulzura, una dulzura que a Mariano le estremece pese a que demuestre todo lo contrario:
--ven conmigo... y te muestro algo...
Mariano le mira la entrepierna y se muestra coqueto, es una coquetería que ofende al guapo torero porque sabe que es así con todos:
--Enséñame lo que quieras, cobro 200 euros a la hora, te hago lo que me pidas...
Ofendido y con ternura, Álex le levanta la cabeza a él para que no lo mire allá:
--no puedo creer que no te acuerdes de lo que vivimos...

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