lunes, 25 de octubre de 2010

Capitulo 53



Guillermo siente remordimientos al conocer a su hija. Ya tiene la parejita y eso le llena de dicha aunque su matrimonio con Sara fuera sólo por ambición. Ella no quiere aceptar que su esposo nunca la amó.
--¿¿donde has estado? yo quería que estuvieras conmigo como la otra vez... ¿porque no estabas?
Guillermo siente mucha culpa. Siente pena y compromiso por Sara, amor por esa hija que acaba de nacer.
--te juro que no volveré a dejarte sola...
--¡Más te vale¡ --dice ella reclamando un beso.
--te juro que las cosas volverán a ser como antes...
Sara lo cree pero para él nada será como antes porque no puede arrancar a Mario de su corazón. Aunque le duele renunciar a su venganza tampoco se quiere separar de esa nueva vida que es una parte de él y que duerme en sus brazos. Aunque Guillermo se muestra frío con ella el hombre está tan feliz con la bebita en brazos que a Sara no le importa nada. Sus hijos son la sangre de Guillermo y eso es para siempre.




Jose ha hecho muchos kilómetros para llegar hasta el lugar en el que torea su amante. Aunque no es algo que haga siempre, ese día va a la plaza. Sebastián prefiere que no lo haga pero Jose ese día necesita hacerlo, ama a ese hombre y es feliz a su lado pero no puede evitar desear algo más. Amarlo en la sombra lo hacía feliz al principio pero ahora desearía gritar al mundo que lo ama. Sebastián ve a su amante, no se enfada. Con la torera en la mano sonríe y lo saluda. Jose siente que el corazón se le va a escapar del pecho. Luego lo espera al lado de la plaza. Sebastián no es un personaje del corazón así que se ven sin problemas. Se van en el auto de Sebastián.
--te eché de menos antes de irte...
--es que mi hermana dio a luz...
--tu hermana? --dice sorprendido-- ¿a parte de la muerta tienes otra hermana?
Jose se da cuenta que ha metido la pata.
--¿porque no me hablas de tu familia?
--porque es un secreto...
--¿y no lo quieres compartir conmigo? Tú sabes un secreto mío que me haría mucho daño...
--si pero que tú seas gay...
--bisexual --le corrige.
--lo que sea, no es tan grave como el hecho que mi hermana Sara está viva, también su esposo. Todo fue una trampa para estafar al seguro.
Sebastián abre los ojos como platos:
--¿Los Condes de Armania están vivos?
--te voy a contar toda la historia pero me tienes que prometer que no se lo dirás a nadie...
--si claro te lo juro, me lo puedes contar mientras llegamos a nuestro nido de amor y si te falta pues después...
Los dos se miran seductores. Jose le va contando toda la historia, está contento de compartirlo todo con Sebastián como si fueran ya un matrimonio. Llegan al hotel y hacen el amor. Luego el uno reposa en brazos del otro. Sebastián se llena de vida cada vez que está con Jose porque su amor lo hace sentir un Dios, Jose lo siente así. Su vida es de él. Sebastián lo sabe y eso lo hace sentir importante. Mientras Jose apoya su cabeza en el pecho desnudo del guapísimo torero que le acaricia la cabeza, Sebastián le dice:
--gracias por compartir tu secreto conmigo. Te juro que no te voy a decepcionar. Igual que tú has sido leal conmigo yo le seré contigo...
--Te amo y lo daré todo por ti...
Sebastián le sonríe:
--gracias por tanto amor, espero que en mis brazos seas feliz porque te lo mereces...
Jose quisiera decirle que lo quiere en exclusividad pero no se atreve.

Con la salida de las revistas del corazón, salta el escándalo. Los Condes de Armania están vivos. El periodista ha hecho un increíble trabajo de investigación y de una manera fulminante. Salen fotos del matrimonio saliendo del hospital con su hija recién nacida. El periodista los siguió camuflado de repartidor y así logró encontrar la finca. Sobornar a un empleado fue fácil así descubre también que el bebé está vivo. El escándalo es fuerte, se les acusa de estafa. Se sabe que están en la ruina y que sólo el seguro de vida contratado poco antes del accidente era la salvación de la familia. Les reclaman todo ese dinero. La anciana condesa muere de un infarto al ver el nombre de su familia enlodado. Guillermo va muy triste al funeral de su madre. Sara quiere ir con él.
--¡no empeores las cosas¡
--¡hablas como si yo tuviera la culpa¡ --llora ella.
--¿¡porqué tuviste que parir en un hospital? ¡no es lo que quedamos¡ ¡mi madre está muerta por tu culpa¡
Guillermo está furioso y Sara se derrumba.
--¡eso no es justo¡
--¡ojalá nunca te hubiera conocido¡
--¡si tú no hubieras perdido el dinero de mi familia nada de esto hubiera pasado¡
Guillermo sabe que Sara tiene razón y eso es lo que más rabia le da. Le levanta la mano para golpearla. Finalmente no lo hace. La mira con desprecio y se va. Sara llora. Marca al celular de su hermano Jose: ¿porqué no estás aquí? ¡te necesito¡
Jose le devuelve el sms: me salió una emergencia pero enseguida llego.

Jose espera a Sebastián en el apartamento del segundo. Tiene sus propias llaves. Está perdiendo la paciencia.
--¡¡este hombre que se ha creído¡¡
Jose está muy enamorado y le duele que Sebastián no lo valore, que juegue con él. Se abre la puerta. Sin esperar a que el guapísimo torero diga algo ni acabe de entrar, como una furia, Jose le dice:
--¡¡ya era hora¡¡
--¡así no, Jose...¡ --dice Sebastián molesto-- los celos no se los permito ni a mi novia...
La dureza de él y que le hable de la novia enloquecen a Jose que echo una furia dice:
--¡¡Mi hermana está en un mal momento y yo en vez de estar con ella hago un momento para verte y tú no te presentas... ¡¡¡HABIAMOS QUEDADO¡¡
Aunque le gusta la manera en la que Jose lo ama no le gusta las escenas de celos.
--¡¡me bajas el tono¡¡ ¡¡no me gustan que me griten¡¡
--¡¡y a mi tampoco me gustan que me tomen el pelo, yo te lo he dado todo y tú sólo te diviertes conmigo...¡¡
--Yo he procura darte lo que podía y te he hecho feliz... No te puedo más... --dice Sebastián tratando de calmarse.
--¡sólo pido que me respectes y que respondas al amor que yo te doy, que si quedamos no me hagas esperar cuando sabes que sólo vivo por ti¡
Sebastián está molesto aunque su tono no es tan duro como el de Jose.
-- me reclames... tu sabes que tengo novia. Ella es lo primero.
--pero y yo... ¿es que no me quieres? --Jose lloroso.
--eso no tiene nada que ver...
--pero yo te amo...
--ese es tu problema...
A Jose le duele que Sebastián su amor, siguen los reclamos. Aunque no lo desea perder Jose necesita un mayor compromiso. Lo ama demasiado como para compartirlo con otra, desearía estar todo el tiempo con él. Sebastián está con Jose para disfrutar, porque a los dos les gusta pero no quiere discutir. Muy molesto le dice:
--Vete, nos vemos otro día...
Jose no se esperaba esto:
--¿¿qué?¡¡
--¡¡que te vayas¡¡ ¡¡yo no tengo que aguantar esto¡
Jose siente que se derrumba. Sin él se muere.
--¡¡no me hagas esto¡¡
--¡¡pues habértelo pensado antes...¡¡
--¡¡es que yo creo que es justo lo que te pido¡¡ --llora Jose.
Sebastián le abre la puerta:
--¡¡vete y vuelve sólo cuando te comportes como un adulto y entiendas mi situación¡
Aunque le parte el alma el dolor de Jose siente que debe ponerle unos limites para que la situación no se le escapen de la mano. Le duele verlo irse llorando.

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