lunes, 25 de octubre de 2010

Capitulo 54



Al día siguiente de la discusión, Jose va al apartamento de Sebastián. Tiene miedo que no esté, tiene miedo que se enfade porque tiene prohibido ir sin avisar. Oye la ducha, va con deseo, con miedo. Se acerca al baño. La visión que ve le hace olvidar todos sus males, el guapo torero en la ducha. Todo desnudo, con el jabón deslizando por su pecho, sus genitales, sus piernas... Jose se lo queda mirando embobado. Lo ama pero con la misma intensidad con la que lo desea. Sebastián se da cuenta de la presencia de su amante, se mira. Jose tiene miedo porque no sabe cuál va a ser la reacción del torero. Sebastián apaga la ducha. Muy serio le pregunta:
--ya se te ha pasado la neura?
Jose lo mira llorando, desesperado:
--no me dejes... yo te necesito. Sin ti me muero...
Sebastián se acerca a él, verlo mojado y moviéndose pone a diez mil a Jose:
--tampoco exageres, lo nuestro es más algo físico que nada más... No es amor...
--¿porqué no puedo amarte?
--porque te gustan demasiado los hombres...
--Ahora sólo me interesas tú...
--pero si otro tío más guapo te hiciera caso te olvidarías de mi...
Jose está desesperado y enloquecido por el deseo:
--¡¡¿pero qué más da si ahora estoy contigo¡ ¡¡¡quiero estar contigo¡
Jose se mueve entre el deseo y el miedo a perder. Sebastián se le acerca a él:
--yo preferiría que sólo quisieras sexo...
--¿somos amigos no?
--sí.
--¿me vas a dejar?
Jose tiene mucho miedo, Sebastián lo acaricia con ternura. Le fascina ese cuerpo que tiene desnudo y mojado, esa sonrisa ternura de cara de niño bueno ese acento francés del torero que le fascina.
--no, el que creas conflictos eres tú, el que no te conformas con lo que yo te doy eres tu...
Jose se siente más tranquilo al darse cuenta que Sebastián no tiene intención de romper la relación entre ambos.
--¡¡yo no te quiero perder¡
Sebastián lo acaricia:
--¿y entonces? --le pregunta dulce.
Jose está totalmente derretido. Ahora lo que fuera por seguir viviendo esos momentos con él:
--me conformo con lo que sea pero ámame como sólo tú sabes hacerlo...
Sebastián sonríe seductor, Jose suspira enamorado. A Sebastián le emociona y llena orgullo que Jose lo ame tanto. El torero está todo desnudo y lleno de jabón:
--ven, desnúdate y ven conmigo... No puedo estar así...
Jose no se lo hace esperar. Pese a los meses que llevan viéndose a diario, Jose no se acostumbra a que ese hombre tan guapo y tan desnudo le diga esas cosas, le haga cosas, deje que le haga lo que quiera... Sebastián no pone límites a Jose en el terreno sexual y poseer de esa manera a un chico tan guapo es para Jose todo un sueño. Los dos desnudos se meten en la ducha, se besan y se aman con la intensidad de dos bestias salvajes en celo. Después del momento de placer, Sebastián es muy cariñoso con Jose, se visten, hablan, pasan un rato a solas. Jose acompaña a Sebastián a hacer unos recados. Luego Jose va en un taxi hacia la finca de su hermana, el viaje es largo pero a Jose le merece la pena. Como el torero se mueve mucho no siempre se ven ahí y no le merece el traslado, a parte que Sebastián no quiere para llamar la atención y que alguien pueda sospechar. Justo en la puerta de la finca ve salir a Mario , despide al taxi. Mario para el auto, sale. Abraza a su hermano.
--¿qué tal?
Jose tiene una sonrisa de felicidad que no la puede ocultar.
--bien.
--¿y las cosas con tu hermana?
--pues está más tranquila ahora que la anciana Condesa de Armania se mató y se sabe toda la verdad... Dentro de la malo ya no tendrá que ocultarse. A ella no le importa el dinero
--menudo lío ¿no?
--de donde vienes?
-- De dar una vuelta...
--somos hermanos... ¿es que nunca vas a confiar en mí?
--confío en ti.
--pues no parece. ¿es que nunca me vas a contar cual es el hombre que está en tu vida?
Jose se pone nervioso, balbucea:
--No me lo niegues, yo sé que hay alguien...
--No te metas...
--sólo me preocupo por ti. No quiero que te hagan daño...
--tranquilo, que soy muy feliz...
--¿sabias que tu amigo el francés será papá...? --dice Mario con rintintín.
--¿¿¿Sebastián?¡¡¡
--si, es el único torero francés que conozco...
Jose tiene el rostro desencajado por la rabia.
--¡¡mentira...¡¡
Con cierta ironía Mario le dice:
--que raro que no te lo haya dicho, siendo tan amigos... A mi no me lo ha dicho personalmente pero ha anunciado esa noticia junto la de su boda, todo el mundo del torero...
Con el alma rota Jose le interrumpe:
--¿se casa?
-- me extraña que tú que eres su amigo no lo sepas... ¿qué hay entre ustedes?
Jose se ha quedado helado:
--¡¡no puede ser¡
--¿es que hay algo que no sé? ¿porqué te afecta tanto la noticia.
Jose se lleva las manos a la cabeza:
--¡¡ahora no, Mario ¡
--¿quieres que te lleve a su casa para que hables con él?
Jose tiene que hacer un esfuerzo para que parezca que todo está bien:
--no pasa nada...
Jose deja a su hermano. Entra en su finca, cuando Mario ya se ha ido Jose llama a uno de sus empleados y regresa a dónde Sebastián.


Jose lleva al apartamento de Sebastián que ya es de noche. Jose iba a entrar y Sebastián iba a salir.
--¿¿qué haces aquí?
--¿es cierto que te casas porque tu novia está embarazada?
--debí imaginar que tu hermano te iría con el chisme...
--¿es cierto?
A Sebastián le duele mucho ver sufrir a su amante:
--ven vamos, tengo un compromiso pero esto lo tenemos que hablar. Aunque Sebastián quiere que hablen en la casa, hablan en el ascensor. Jose está deshecho.
--¿¿porqué me has hecho esto?¡ ¡yo sé que tú estás demasiado arriba para mí y que ya puedo dar gracias a la vida, porque conocerte aunque sea en segundo plano ha sido una bendición, que formar parte de tu vida es el mejor regalo del mundo pero me duele, me duele que nunca vas a ser mío...
Sebastián mira a Jose con cariño, le duele ver como está a sus pies aunque también le emociona:
--No te arrastres ante nadie, yo soy un tío común... No soy un Dios, tampoco toda tu vida tiene que girar en torno a mí...
--Para mí eres el mejor, el único. El único que me ha despertado amor a parte de deseo. Es así aunque no quieras creer, nunca había amado a nadie. Sólo a ti Por estar a tu lado merece la pena arrastrarse, yo entiendo que no vayas a renunciar a ser padre por mi pero me hubiera encantado saberlo por ti, que tú me lo dijeras...
Sebastián lo mira con pena y emoción a la vez.:
--lo siento, no sabía cómo decírtelo. Sabía que te iba a hacer sufrir. Me hubiera gustado que no te enteraras...
--Pero eso es imposible... ¡¡¿¿porqué no me dijiste que querías tener un hijo?
--fue un accidente...
--¡una boda no es un accidente¡
--Te juro que fue un descuido pero ahora es mi obligación, me caso porque quiero que mi hijo tenga una familia normal. Debes entender que no me puedo arriesgar a que me alejen de mi hijo...
Jose habla con dolor y Sebastián con pena porque le duele el dolor que ha ocasionado a Jose.
--¿porque no me dijiste...? --Jose.
--no te quería hacer daño...
--¡¡pero me iba a enterar¡
--entiéndelo... espero que no me hagas un escándalo...
--yo nunca haría eso... No quiero perderte... ¿esto se acaba...?
--pues si te portas bien no pasará nada...
Cuando llegan al apartamento ya todo está hablando y hacen el amor. Sebastián deja que se quede a pasar la noche con él. No lo han hecho mucho, a Jose le parece un sueño dormir abrazado a él, velar su sueño, ser lo último que ve al acostarse y lo primero al despertarse. Le gustaría que fuera así siempre para ya sabe que no puede pedir más. Lo mira, es tan guapo, tan joven (10 años menor que él) y aunque ha tenido su cuerpo una y otra vez aún siente que es un sueño que en cualquier momento va a acabar. Al amanecer Sebastián lo despierta con un beso. Se duchan juntos, hacen el amor. Juntos van a la plaza. Jose, más enamorado que nunca, contempla la faena de su amante.










No hay comentarios:

Publicar un comentario