lunes, 25 de octubre de 2010

capitulo 56



Mario y Sara lloran horrorizados ante el cuerpo de Jose que está tirado en la carretera sobre un baño de sangre.
--¡¡está muerto¡ ¡¡esta muerto¡ --grita Sara.
Mario le busca el pulso:
--¡¡no... no..¡¡ ¡¡está vivo¡¡ ¡¡está débil pero vivo¡¡
Eso se llena de curiosos y de paparazzis que disfrutan de la noticia y hacen fotos y graban felices por la gran noticia que están obteniendo. Sin problemas fotografían al agresor. Son ellos los que se dan cuenta que está muerto pero ninguno de los periodistas hace nada por ayudar. Sara llora acariciando a mi hermano.
--¡¡no me puedes hacer esto... no tú¡¡ ¡¡no ahora¡¡¡
Mario está como loco, desde el suelo miran a todo el mundo:
--¡¡no se queden ahí mirando haciendo fotos... llamen a una ambulancia¡
La prensa como de costumbre sólo hace fotos insensibles al dolor. No son ellos sino gente anónima la que hace la llamada. En seguida eso se llena de policías, llega la ambulancia. La policía hace sus preguntes:
--¿saben qué pasó?¿quien es el tipo?
Ni Mario ni Sara tienen cabeza para eso.
--¡¡quiero ir con mi hermano¡¡ --dice Sara llorando mientras se sube a la ambulancia.
Los testigos son los que cuentan como el auto se tiró encima de Mario y de Sara pero que Jose se puso en medio para evitar que sus hermanos fueran atropellados. Mario llora por el hecho que su hermano le haya salvado la vida después de lo que le dijo. Quiere ir a la ambulancia con él.
--¿¿dónde vas? --le dice Sara desde el interior.
--Es mi hermano...
Sara lo mira con rencor:
--¡¡todo esto es tu culpa... tú querías que muriera¡¡
Lleno de dolor y de culpa, Mario dice:
--¿¿y crees que no me cambiaría por él? ¡¡te juro que prefería estar en su lugar...¡
Muy dolida, Sara le dice:
--Yo también prefería que tú estuvieras en su lugar... Él no se lo merece.
A Mario le duelen esas palabras pero no dice nada. Los de la ambulancia son los que le dicen a Mario que se siente delante. Uno de los enfermos va atrás con Sara y Jose. El hombre está muy grave. Sara le toma de la mano:
--¡¡no te mueras... no te mueras...¡¡
Mario se gira angustiado por su hermano, él y Sara se miran con mucho dolor. El hospital los reciben con urgencia. El estado de Jose es de extrema gravedad. Cuando lo meten en quirófano:
--¡¡hasta aquí pueden entrar¡
Sara y Mario están muy juntos.
--¡¡salven a mi hermano¡ --dicen los dos.
--Es nuestro trabajo.
Cuando se quedan solos se abrazan con desesperación muy unidos el uno del otro.




Sebastián está haciendo el amor con su novia (Marisol Centeno). Es mucho más delicado que con Jose aunque queda satisfecho no tanto como ella. La joven sí goza y mucho, se retuerce de placer. Agarra un cigarro. Él la regaña:
--debes dejar ese vicio... A nuestro hijo no le va bien...
--Sólo uno, ya sabes que me gusta echar un cigarro después de un buen polvo...
Sebastián la mira pícaro:
--¿no tienes suficiente vicio con mí??¿No te he llenado suficiente?¡
Él le guiña el ojo, ella lo mira con deseo:
--sabes que te amo y que nada me llena más que tú...
Sebastián le agarra el cigarro:
--pues no fumes, hazlo por mí...
Nadie se resiste a la tierna mirada de él, a su sonrisa:
--está bien, lo hago por ti, para que veas que te amo...
Sebastián sonríe y la besa. Aunque no tiene intención de dejarla, siente sus palabras vacías. Siente que no es lo mismo que con Jose. La joven deja el cigarro, en realidad piensa encenderlo en cuento el guapo chico se dé la vuelta. Se van besando y acariciando.
--no me gusta este vicio tuyo... nunca te dije nada porque eras una mujer libre pero ahora que estás embarazada... No puedes seguir con esto.
En brazos de ese chico tan guapo, cualquier prometería lo que fuera:
--ya te he dicho que lo dejaré... ¿y tú?¿no tienes vicios?
--¿a caso no me conoces?
--Hace 5 años que estamos juntos y aún no te he descubierto ningún vicio...
Él sonríe pícaro pensando en las cosas que le hace a Jose:
--alguno tendré...
Ella jamás imaginaría que su novio que tanto la hace gozar en la cama tiene su lado gay:
--me gustaría descubrirlos...
Sebastián sonríe y dice para él:
--créeme que no te gustaría...
Mientras piensa en Jose en pleno coito se muestra amoroso con su novia. De fondo se oye la tele.
--tampoco entenderé tu manía de hacer el amor con la tele encendida...
Ella lo mira pícara:
--es que así me parece que nos expían... Todos tenemos esa fantasía ¿no?
Muy seductor y sin dejar de besarla y acariciarla él le dice:
--pues si quieres otro día hacemos el amor en la plaza...
--¡¡no seas tonto¡
Los dos se ríen y se besan apasionadamente.
--No sabes cómo te amo... Nunca pensé aquel día en el que fui a verte en los ruedos que acabaría siendo tu esposa...
Él sonríe:
--menuda sorpresa me llevé al verte desnuda en mi cama...
--Pensaste que era una cualquiera, no pensabas que fuera virgen...
--Claro que no, ¡¡cómo pensar eso¡¡
La chica lo acaricia:
--es que me enamoré con una simple mirada...
Sebastián le guiña el ojo. De repente en la tele se oye la noticia del accidente de Jose, se dice que se teme con su vida. Sebastián se queda helado.
--¡¡no puede ser¡¡
El guapo torero queda impresionado al ver las imágenes del accidente y la gravedad de su amante. Se levanta y se empieza a vestir.
--¿¿qué haces?¡¡¿¿dónde vas?¡ --pregunta ella.
Sebastián siente que se le va la vida, en ese momento descubre que Jose le importa más de lo que pensaba.
--¡mi amigo se muere y tengo que estar a su lado¡¡
--¡pero quedamos en que teníamos que mirar lo del restaurante... tenemos la boda encima¡
Sebastián piensa en el dolor de Jose al saber de su boda, se le escapa una lágrima:
--¡¡encárgate tú... yo voy con mi amigo¡
--¡¡voy contigo y luego...¡
Sebastián no lo deja seguir, sabe que Jose si se da cuenta no soportaría verlo llegar del brazo de su novia. El francés se abrocha la cremallera del pantalón:
--¡¡no, voy solo...¡
La chica protesta pero el torero se va sin dejar que su novia lo siga. Sebastián está desesperado. Siente que se le va la vida. Piensa en los momentos de placer que ha vivido con JOse, en todo el amor que Jose le ha dado y él no ha correspondido.
--¡¡no te mueras... no te me puedes morir¡
Sebastián piensa en todas las cosas que no le dijo a Jose, no quiere que se muera sin saber lo mucho que le importa.

De nuevo en el hospital, Jose está siendo operado de gravedad. Mario y Sara están angustiados porque por más que preguntan nadie les dice nada. Los dos están sentados en la sala de espera. Tomados de la mano, ella apoya su cabeza en el hombro de él que la acaricia con la otra mano libre la acaricia. De repente se altera.
--¿¿qué pasa? ¿el doctor? --pregunta Sara.
Mario la señala hacia el pasillo, Sara se queda de piedra. Están llegando Rosaura y Guillermo tomados de la mano. Pese al dolor que sienten, ver a sus respectivas parejas junta lastima mucho a los dos. Una cosa es verlos en las revistas y otra tenerlos delante de ellos. Mario y Sara se levantan, se acercan a la pareja.
--¿¿¡qué hacen aquí...?¡¡ --le dicen los dos.
Guillermo suelta a Rosaura.
--por favor, Sara... Yo aprecio mucho a tu hermano. Lo nuestro no tiene nada que ver con esto... --dice Guillermo que en realidad lo que quiere es estar con Mario.
Con mucho odio Sara bofetea a Guillermo:
--¡¡fuera... todo lo que ha pasado es culpa de ustedes...¡¡ ¡¡fuera los dos¡
Mario mira muy triste a su esposa, con odio a Guillermo y le gusta la manera en la que los trata Sara.





con la colaboracion especial de Marisol Centeno

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