lunes, 25 de octubre de 2010

capitulo 48



Guillermo y Rosaura están frente a frente. Aunque los separa la verja que delimita las dos propiedades. La de Mario y la de Jose. No sabe bien qué decirse. Él sonríe. A ella le gusta mucho su sonrisa.
--bonita mañana ¿no?
La pareja se mira a los ojos. Se hace un silencio.
--no sabía que vivías aquí...
--No en realidad recién estoy de mudanza...
--que bueno, podremos vernos seguidos...
--¡¡por favor, nadie debe saber que vivo aquí¡
Guillermo la mira sorprendido. No puede creer que esa mujer tenga también misterios ellos.
--no entiendo...
--es una larga historia...
--tenemos toda la vida.
Guillermo salga la reja y se pone en la finca de ella:
--no me quieres contar... ?
--mejor no... No sé si esto está bien... Si mi marido se entera...
Guillermo sonríe con cariño:
--la casa está muy lejos.
--eres extranjero, no?
Guillermo sonríe, sabe que la pregunta es para cambiar de tema pero no le importa. Está contento porque su plan le está saliendo bien y le da igual si es por temas poco importantes.
--¿se nota?
--pues sí tu español es raro.
--¿te parece? --dice él divertido.
--espero no molestarte...
--No claro que no... ¿porqué iba a molestarme?
--si claro...
Guillermo y Rosaura han conectado muy bien y ella no desea separarse. Hablan durante largo rato. Rosaura finalmente le ha contado todo lo relaciona con Mario y sus dudas de estar viviendo con él:
--si lo amas lucha por él...
--me tengo que ir...
Guillermo bosteza:
--si, yo dentro de poco debería empezar a trabajar...
--que pena contigo...
Él le acaricia la mano:
--para nada... Me ha encantado hablar con todo... ¿en la noche volverás?
--hasta dónde llegará esto?
--hasta donde queramos... Te esperará...
--Vendré...
Cada uno vuelve a su caballo, se miran, se sonríen y cada uno regresa a los brazos de su pareja. Guillermo se queda dormido en el acto. Mario sale desnudo de la ducha. Rosaura lo está mirando. Siente algo por Guillermo pero ama a su marido.
--¿y ahora tú? ¿que tanto miras?
--¿te molesto?
--para nada... al contrario. Echaba de menos esto...
El torero está totalmente desnudo, se la tira encima. Hacen apasionadamente el amor.

Durante los días siguientes, Mario y Rosaura juegan a las "escondidas" con la prensa para que no descubran que viven juntos. Mario pasa mucho rato preparándose para torear. En las noches Rosaura y Guillermo tienen una cita. Ninguno de los dos apenas duerme ya que al uno le atrapa la charla del otro.





Mario se da una rápida ducha. Ella lo mira preocupada.
--¿qué te pasa?
--cada vez que vas a torear me da miedo que te pase algo...
--Es mi pasión... No me puedes pedir que renuncie a eso...
--lo harías?
--pídeme lo que sea menos eso...
Rosaura lo besa:
--cuídate...
--claro.
--te amo...
--te amo...
Los dos se besan.
--te esperaré.
Mario la mira enamorado:
--volveré pronto.
Rosaura no puede evitar sentir una gran angustia cada vez que ve salir a su amado. Tiene miedo que no vuelva, que un día la avisen que su marido murió. Cada vez que tiene una corrida se la pasa cerca del teléfono deseando escuchar que todo salió bien. Le hubiera gustado enamorarse de cualquiera menos de un torero. Aunque está muy enamorada de Mario , en ese momento piensa en Guillermo. Todo es demasiado complicado pero su corazón se enciende con pasión.

Mario ha ido a buscar a su hermano a Ronda. Los dos se van juntos hacia la plaza de toros en la que a Mario le toca torear.
--gracias por venir, me hace mucha ilusión poder brindarte el toro...
Jose está muy nervioso:
--júrame que no te va a pasar nada...
Mario le sonríe:
--eso no puedo hacerlo... pero pase lo que pase no será tu culpa...
--No me gusta ser el hermano de un torero...
Mario le sonríe:
--lo llevamos en la sangre...
--pero no me gusta, tengo miedo de lo que pueda pasarte.
--en la vida no hay garantías...
--si pero tú te juegas tu vida...
--ya no hablemos de eso --dice Mario con cariño-- me estás poniendo nervioso.

Mario hace una de sus mejores faenas en la plaza que le dedica a su hermano. Aunque no le ha gustado ver como su hermano mata a un ser vivo admira su pasión, su devoción... Desearía irse ya.
--espérame... por favor...
Jose no quiere mirar el resto de las corridas. A su hermano sí le perdona que sea torero y mate toros pero a los demás no. El torero en cuestión es cogido por el toro aunque la cornada parece grave en realidad el torero pronto se levanta y puede seguir con su trabajo. Aunque el torero no le da la mayor importancia, aunque actúa con naturalidad, Jose se da cuenta que algo ha pasado y por curiosidad mira adelante. Y lo que ve le deja impresionado. La cornada ha desgarrado el traje del torero ha dejado a sus genitales casi al aire, sólo los cubre una media trasparente. Aunque no se le mueven aquella se ve tan cual... Jose se pone muy cachondo. La verdad es que luego se fija y el torero está muy bueno y la vista que le ofrece es de agradecer. Siempre le han llamado la atención el bulto de los toreros y se agradece que el misterio se desvele. Como también es de agradecer que el torero no se retire, que luche por su victoria y actúe como el que no pasa nada pese a creer suspiros en Jose y las féminas. Después de la faena, el torero se dirige al público agrade los aplausos con emoción. Jose no le saca la vista de encima a eso tan hermoso que muestra entre las piernas. El torero se va, Jose hasta se pone de pie. Incluso le parece que el torero lo mira a él y le sonríe.
--¡¡tengo que volver a verlo¡
Jose nunca había visto durante tanto rato la parte oculta de un tío bueno. Siempre había sido algo de unos segundos. Jose está muy excitado. Piensa en lo que podría hacer para ver al torero. Aunque ha visto más de lo que esperaba y lo ha gozado verlo totalmente desnudo sería ya un sueño, un sueño que es imposible. Está muy cachondo. ASí que con la excusa que busca a su hermano se mete en dónde se cambian los toreros. Se topa con el torero de los genitales al aire que tiene el traje medio sacado. Jose se hace el sorprendido:
--que pena contigo.
El torero se muestra muy simpático y sigue desvistiéndose. La visión de sus genitales tiene a 1000 a Jose. El torero le sonríe. Es guapo y simpático. Jose está totalmente derretido.
--¿tú eres Jose no?
Jose hace que sí con la cabeza.
--Yo soy Sebastián...
El torero extiende su mano, Jose se la encaja. Tocar a ese hombre tan guapo mientras le está viendo los genitales es la mayor experiencia sexual que ha vivido con un tío bueno. Está encantado.






No hay comentarios:

Publicar un comentario