lunes, 25 de octubre de 2010

Capitulo 62






Guillermo y Mario desnudos y conmocionados quedan en la cama. Han compartido una buena sesión de sexo puro y duro. Guillermo apoya su cabeza en el torso desnudo del torero. Lo besa. Nunca pensó que se atrevería a decir esas palabras:
--me enamoré de ti nada más verte, por eso te quité a Rosaura.
Mario no puede creer que el hombre con el que va a casarse la madre de su hija se haya acostado con él, que lo ame. Guillermo esperaba verlo más enojado. Mario está relajado, satisfecho. Guillermo le gusta mucho. Ha gozado estando con él.
--Yo amo a Rosaura, tenemos una hija. ¿Por qué romper nuestras familias? Pudiste hablar conmigo.
--Traté de seducirte, me fue mal.
Mario está aturdido:
--¿en serio no te vas a casar?
--No.
--Pero Rosaura va a sufrir mucho.
--Pero yo te amo a ti.
Mario está emocionado. Nunca un hombre había hecho algo así por él. Guillermo está en manos de Mario, puede aprovechar que Rosaura estará mal para conquistarla y no volver a ver a Guillermo pero le parece algo demasiado sucio.
--No sé si yo pueda volver con Rosaura acostándome contigo.
Guillermo está feliz:
--¿Quieres estar conmigo?
Mario siempre ha vivido atormentado por tener que ocultar sus preferencias sexuales.
--No quiero que esto se sepa pero quiero vivir lo que me ofreces.
Guillermo besa muy feliz a Mario.
--¡fuguémonos juntos¡ ¡divirtámonos un tiempo y luego ya veremos¡ Si quieres quedarte conmigo yo feliz y sino entenderé.
--está bien. Nos iremos a una isla donde nadie nos conozca.
Guillermo no puede creer que al fin Mario sea suyo. A Mario le apetece vivir un romance con un hombre tranquilamente. El celular de Guillermo suena. Una y otra vez.
--toma la llamada. Debe ser importante –dice Mario al saber que es Rosaura.
Guillermo se levanta de la cama totalmente desnudo. Mira sonriente a Mario que lo espera también desnudo. Se miran con deseo. A Guillermo se le borra la sonrisa del rostro. Está pálido. Mario se acerca a él cuando ya ha colgado. Lo abraza.
--¿qué pasó?
Con un hilo de voz, Guillermo dice:
--Rosaura está embarazada.
Esto es todo un mazazo para los amantes.
--¡voy a ser padre de nuevo¡ --Guillermo incrédulo.
Esto cambia todos sus planes. Mario se viste en silencio y abandona el apartamento sin decir nada. Guillermo empieza a tirar las cosas por los aires.


La boda de Guillermo y Rosaura es la boda del año, se celebra en la catedral de Sevilla y es por todo lo alto. Guillermo llega con sus hijos, está resignado. Rosaura parece una reina, Guillermo la recibe y hacen sus promesas de amor. En la puerta de un lado uno y de un lado ella, Mario y Sara miran la escena llorando. Jose se acerca a su hermano, le pone la mano en los hombros:
--sé como te sientes...
Los dos hermanos se abrazan.
--te aseguro que no me entiendes –dice Mario que no sabe bien si llora por Guillermo o por Rosaura.
Mario y Sara lloran deshechos mientras el ya matrimonio se besa y sale del templo donde reciben la lluvia de pétalos de rosa. Sara y Mario se van juntos despechados y hacen el amor en el hotel más cercano.

Al día siguiente, Mario despierta en esa cama desnudo y solo. Sara se ha ido, sin ni siquiera dejar una nota. Él se queda triste porque le estaba gustando la mentira. Sara es un refugio a la soledad y más ahora que Guillermo está fuera de su vida.

6 meses después... Jose y Sebastián se reencuentran. En realidad Jose siempre lo ha seguido en todas sus corridas con la esperanza de un acercamiento. Sebastián tiembla al verlo siempre y se muere por él, en la plaza está su bebe recién nacido con la madre. Ama a ese pequeño pero también ama a Jose y no puede elegir entre los dos. Dedica el toro a su hijo, lo besa y lo pasea como corresponde. A Jose le llena de ternura la escena. Luego Sebastián lo regresa con la madre esperando que su ex esposa lo comprenda. Jose se va triste una vez más, alguien le pone las manos en el hombro. Jose se estremece. Se gira. Los examantes se miran y suspiran.
--¿que tal? --Sebastián.
Los dos están muy nerviosos.
--bien... me enteré que sales con uno y que a tu esposa se le adelantó el parto cuando se enteró. Pero me alegro que todo esté bien... tu hijo es tan guapo aunque claro, es tu hijo... No vi a tu novio. –dice Jose tratando de mostrar normalidad cuando en realidad se muere de los celos.
--lo dejamos aunque en realidad sólo fueron unos cuantos polvos que esperaba que cayeran en la sombra, pura necesidad. Divorciado y solo...
--lo siento.
Sebastián sonríe y con ironía le dice:
--seguro ¿no me echas de menos?
--todos los días...
--Sé que me porté mal contigo pero tuve mis motivos... no te gustaría intentarlo sin secretos, a la luz pública --sonríe-- A parte que tampoco creo que lo pudiéramos ocultar.
--¿quieres...? --dice Jose sorprendido.
--si, aunque me gustaría estar seguro que es por mi y no por soledad... No porque nadie más te ha hecho caso...
--me gustas mucho pero no es porque seas el único que me ha hecho caso que lo eres, también eres al único al que he amado de verdad.
--ven acá... --dice Sebastián emocionado.
El torero lo estrecha entre sus brazos y se besan apasionadamente.






Días después...Mario va a la finca de su hermano con su hija. Mientras Jose abraza a la pequeña, Mario le pregunta.
--¿y tu hermana?
--supongo que bien...
--¿no vas a Halbusjerke a verla?
--Es que no quería dejarte solo...
Jose deja a la pequeña en el piso, Mario le pone la mano en los hombros a su hermano:
--estos meses me han hecho pensar... la echo de menos. No sé si sabes que hicimos el amor la noche antes que me dejara...
--No, no sabía...
--tengo que saber si fue un error o siente algo por mi...
--Mi hermana no es una cualquiera... pero ¿para qué quieres saberlo?
Mario sonríe:
--No te lo imaginas?
Los hermanos se miran con complicidad.
--habla con ella, dile que me dé una oportunidad, que me deje tratar de amarla...
Fingiendo que está solo, Jose llama por teléfono a su hermana, le pregunta por Mario . Ésta se pone nerviosa, no quiere hablar de Mario y menos verlo lo que entristece al torero.
--bueno, era una ilusión a la que me quería aferrar.
Jose le pone la mano en los hombros:
--le gustas... estoy seguro... Se lo noté en la voz.
--¿y entonces?
A Jose se le ha ocurrido un plan. Los dos se sonríen.

Sara recibe a su hermano en Halbusjerke.
--¿y está sorpresa?
--porque hay alguien que quiere verte...
Jose se aparta, se aleja. Mario se acerca a ella. Sara se queda quieta, tiembla al tenerlo delante. Al estar cerca se abrazan.
--sólo una palabra... intentarlo --dice él.
--Yo quiero --sonríe ella.
Sara y Mario se besan apasionadamente ante la mirada feliz e incrédula de Jose. Mario le guiña el ojo a su hermano...

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